El cuerpo de una mujer sufre muchos cambios durante el embarazo, y el clima caluroso del verano hace que sea más difícil lidiar con estos cambios. La probabilidad real de que el calor del verano sea perjudicial para su embarazo no es común, pero consideremos cómo podría ocurrir.
Hipertermia: Las mujeres pueden desarrollar hipertermia por fiebre debido al clima cálido, la exposición a un virus o incluso por darse un chapuzón en una tina muy caliente. Esto puede aumentar el riesgo de defectos de nacimiento durante las primeras 6-8 semanas de embarazo. Los expertos médicos aconsejan no pasar más de 10 minutos en una bañera de hidromasaje y permanecer a la sombra al salir para evitar el riesgo de hipertermia.
Deshidratación: El embarazo altera la forma en que el cuerpo de la mujer maneja los líquidos aumentando la probabilidad de deshidratación que cause mareos, aturdimiento y riesgo de caídas.
Contracciones falsas: A veces, el calor y la deshidratación en el verano puede hacer que las madres embarazadas sientan que están en trabajo de parto cuando en realidad no es así. Mantente hidratado tanto como puedas. Eso no solo lo mantendrá fresco, sino que también puede ayudarlo a evitar las contracciones que podrían ocurrir cuando se deshidrata.
Riesgo de contaminación de los alimentos: Practique una buena higiene de los alimentos. Asegúrate de que todo esté preparado correctamente. Manténgase alejado de cosas como la ensalada de papas que hayan estado expuestas al sol. Cuando vaya a almuerzos de picnic o celebre el 4 de julio, debe evitar la carne de almuerzo. Cuando prepare comidas frías para los días calurosos, manténgase alejado del sushi o los alimentos crudos, ya que no son seguros en general y especialmente durante el embarazo.
Aumento de la hinchazón en las extremidades inferiores: Las mujeres embarazadas pueden experimentar más hinchazón en los pies y los tobillos durante el embarazo, así que trate de mantener los pies en alto un par de veces durante el día para reducir la hinchazón.